martes, junio 05, 2007

Que algo no funciona bien

Por Rubén Darío Buitrón

Me invitan a una charla para estudiantes de periodismo. Son de dos universidades, una privada y una pública. Me invitan para hablar de la vocación, de la calidad de los medios en el Ecuador, de las críticas del Presidente, del cierre del canal RCTV en Venezuela.
Debo decirles cosas útiles, que les sirvan. Por ejemplo, que algo no funciona bien en un país cuando los periodistas se convierten en protagonistas de las noticias, que algo no funciona bien en un país cuando el poder político pone en la agenda pública el tema de la calidad de los medios pero olvida la pedagogía y privilegia el ataque.
Les digo que el caso de Venezuela es un abuso de poder. Un abuso de poder y una demostración de la fragilidad de esa revolución: hay que callar a los opositores en lugar de reforzar el proceso social con proyectos de largo plazo, con una progresiva inclusión de los sectores más diversos. ¿Qué argumentos sólidos tendrían los adversarios políticos si el gobierno abriera el abanico democrático para intentar que, pese a los disensos, la sociedad marche por un camino de certezas?
Les digo también que en el Ecuador se vive un momento histórico para el periodismo. Que más allá de que a las puertas de las elecciones para asambleístas el mandatario camine hacia la reconciliación con la prensa para recuperar espacios perdidos, los medios deben enfrentarse a sus espejos, promover una autocrítica profunda, reflexionar sobre el papel que deben cumplir en esta coyuntura, luchar por no reflejar intereses de grupos o élites, evitar el facilismo de dar a la gente lo que quiere en lugar de entregar a la sociedad lo que necesita, evitar que sus contenidos se pierdan en la superficialidad, la inmediatez, el exceso de estrellato, opiniones y juicios de valor en lugar de información que construya ciudadanía, conciencia, autonomía, capacidad de decisión social propia.
Les digo también que el verdadero poder de los medios está en las audiencias, en sus audiencias. Y que son esas audiencias las únicas con derecho a poner en off el control remoto de la televisión, las únicas con derecho a cambiar de dial la radio, las únicas con derecho a ignorar a la prensa escrita que no lucha cada día por ser una expresión pluralista, profunda, novedosa y fresca de la realidad nacional.
Y les digo también que tengan cuidado con el concepto de medios alternativos. Que no se trata de decir “lo contrario” sino de decirlo con calidad. Que hay que hacer una prensa de excelencia para tener la autoridad moral de criticar a la “otra prensa”. Que si la izquierda quiere hacer periodismo este no será bueno por ser de izquierda sino porque deberá hacerlo bien. Que no satanicen a los medios tradicionales porque adentro hay decenas de periodistas que cada día se juegan, gente que aporta a la construcción del país, gente que lucha por elevar su nivel.
Les aconsejo que sean éticos, rigurosos, que no sean conformistas, que sepan manejar las contradicciones. No sé qué más puedo decir.