viernes, septiembre 05, 2008

"Los periodistas tenemos que recuperar la calle"



Jorge Urien Berri, prosecretario de Redacción de La Nación, y Gerardo Young, editor de Investigación de Clarín, brindaron la charla: "Refundar el periodismo". Fue anoche, en el marco de los festejos por los cinco años del periódico universitario El Paraninfo.

Frente a la ambiciosa propuesta del título de la charla, los conferencistas optaron por aportar algunas ideas y ejemplos que van en el sentido de reorientar la práctica actual de esta profesión.

El primero en la ronda fue Gerardo Young, editor del Equipo de Investigación de Clarín. Su ponencia comenzó con la confesión de una "obsesión": "Cómo escapar del tedio informativo, de la información impuesta por el poder, por las empresas, e incluso por el público".

"En un tiempo de constante bombardeo de datos, somos los periodistas quienes tenemos que saber priorizar, analizar, seleccionar. Ése es nuestro rol", apuntó, frente a un auditorio formado en su mayor parte por colegas y estudiantes.

El disertante remarcó que "el 95 por ciento de las notas que se publican, son aportadas por organismos públicos o privados. Así, nos hemos ido colocando en el lugar de voceros del poder", criticó.

"Hay que cambiar esto: hay que salir a buscar la información. Eso nos va a permitir una mayor democracia informativa", subrayó.

Young valoró la importancia de atender a una agenda propia de cada periodista, que ponga en crisis o al menos establezca alguna alternativa a- la alienación casi automática que imponen los grandes intereses.

Destacó la herramienta de Internet como modo de acceder fácil y rápidamente a informaciones útiles y brindó un listado de sitios oficiales a los que recurre a la hora de encarar sus trabajos.

También aportó ejemplos de notas que se inscriben en esa premisa de abandonar la agenda para instalar, como opción de lectura, temas que tienen que ver con historias cotidianas.

"Los periodistas debemos recuperar la calle. Nos hemos olvidado de la acción, de lo que le pasa al vecino en el día a día. Por eso, cuando estallan crisis como la de 2001, nos encontramos sin saber dónde estamos parados", opinó.

"El periodismo se puede hacer esperando noticias, o saliendo a buscarlas. Ahí está la diferencia. La segunda alternativa requiere voluntad y pasión", concluyó.

Urien Berri puso el foco sobre algunas características que condicionan el proceso actual de crisis y transformación del periodismo.

El primer punto fue el impacto de las nuevas tecnologías. "Yo empecé a trabajar antes de su aparición. Me acerqué con desconfianza, conocí sus ventajas, y hoy convivo con ellas. A partir del impresionante caudal de información que genera Internet, la investigación periodística es mucho más fácil ahora", sostuvo.

La contracara de estas cualidades es, para el especialista, "la sobreinformación, que no siempre se traduce en calidad informativa".

Otro de los factores que alientan la crisis actual es la concentración de grandes grupos mediáticos, para los cuales este trabajo "es sólo un negocio". "Esto atenta contra la libertad de información y restringe la salida laboral de los periodistas", afirmó.

El tercer punto es el de la "competencia de la televisión". "Creo que es una discusión superada. Hace años que se debate su influencia en los medios gráficos. Hoy vemos la pérdida de espacios destinados a textos, porque hay que darle más despliegue a la imagen.

En la redacción de La Nación hay veinte televisores, y los periodistas viven pendientes de la placa roja. No estoy de acuerdo con esto: para mí, el lector de un diario busca profundidad", explicó.

Y en este orden, el periodismo de investigación se inscribe como una de las ramas que más sufre las consecuencias. "Quizá por la competencia de Internet y del periodismo online, quizá porque es más caro, quizá porque ocasiona perjuicios a las empresas, por eventuales enojos del gobierno o de los factores investigados. Lo cierto es que el periodismo de investigación hoy no atraviesa un buen momento", indicó.

De todos modos, advirtió que se trata de un proceso cíclico, y que luego del estallido de investigaciones producido durante la década del 90, con la posterior inacción de la justicia, "es lógico que haya una sensación de saturación y desinterés" por parte del público e incluso de editores.

Urien Berri coincidió con su colega en la necesidad de "buscar los ángulos humanos, cotidianos, que vuelvan atractivos aún aquellos temas más áridos".

"Es apasionante descubrir cómo se construye un entramado, una historia oficial, debajo de la cual aparece la historia real", confesó.

Para el periodista, "nuestra función es informar, más allá de lo que haga después la Justicia. Por lo general, las causas no se cierran, sino que duermen durante mucho tiempo. Entonces, si bajamos los brazos, estamos cerrando la posibilidad de que algún día se conozca la verdad".

Vicente Tello y su arte



Hugo Darquea López*

Al acercarnos al salón de la Alcaldía para apreciar la obra fotográfica de Vicente Tello Tapia (**), encontramos el valor de una vida que se expresaba y se expresa, porque así es el testimonio y el aporte del conjunto luminoso de formas, colores y destellos vitales, que el artista nos ofrece. Para algunos la fotografía no se la considera en esta dimensión sino más bien en el nivel de la técnica y de la aplicación de elementos científicos.

Debemos recordar que el arte fundamentalmente es inspiración, porque mediante la capacidad de la cámara se debe captar en el instante preciso el detalle fundamental de ese mundo real que es tomado por el sujeto que imprime su mente y su visión en la capacidad de aplicar el instrumento a esa captación del fenómeno escénico de la naturaleza que es traducido en imagen o que permite detener en un momento de fulgor inspirado, el tiempo, con su significación y peculiar lenguaje.

En virtud de la consideraciones aludidas quien sabe aplicar esa técnica científica para producir, crear o motivar armonía, sentimientos, recuerdos, pasiones, es un artista en la profunda significación de su contenido y proyección; de suyo, no se trata de establecer la competencia con el sentimiento que se imprime en la mano sensible del pintor o dibujante, sino más bien significa emplear la capacidad de la cámara, con la inspiración necesaria, en la creación sentida de la belleza o en el impacto que producen las formas y las situaciones: alegría o dolor. Estos factores encontramos en la muestra fotográfica que presenta Vicente Tello, por eso nuestra admiración.

¿Qué encontramos en el salón de arte de la alcaldía gracias al artista Tello? La historia de Cuenca y de su gente; el primer impacto fue la plástica inspiradora de una madre tan joven y tan vital y esperanzadora, como un verdadero poema a la vida y que da de lactar a dos criaturas, en este elemento, existe todo un mensaje y simbolismo que rescata la fidelidad inclaudicable a la vida y a la vida humana en particular.

Todo el poder y toda la belleza conjugadas por la naturaleza y el espíritu que le anima en la manifestación cósmica, auténtica y pura, para escribir y entonar el más noble y elevado canto al amor y a la vida. ¿Cómo no puede ser arte lo expresado por Vicente Tello? Siguiendo en el recorrido encontramos las calles, plazas, los ríos y templos de Cuenca, la luminosidad del barranco y el esplendor del Cajas. Resalta la figura, la mirada y la acción de Carlos Crespi, con el entorno de María Auxiliadora y el parque de los salesianos, para los que vivimos su época, indudable es que el autor de la muestra logra conjugar auténticamente lo que fue y lo que es la esencia de nuestra ciudad y su gente. ¡Cuánto valor artístico y cuanta verdad fulgurante como los cielos de esta ciudad nos ofrece Vicente Tello!

* Articulista de diario El Mercurio
** Vicente Tello, fotógrafo de prensa de varios diarios y revistas del país, inauguró el 22 de agosto una exposición en Cuenca, su ciudad natal.