jueves, abril 22, 2010

Cementerio Patrimonial: aristocracia en la otra vida


Para quienes vivimos en Cuenca, Ecuador, resulta que la aristocracia es un asunto que se conserva aún después de la muerte.

Eso lo demuestra una campaña publicitaria que sugiere que en esta ciudad gracias a la benevolencia municipal los descastados tenemos la oportunidad de compartir un pedacito de eternidad con quienes, en vida, pertenecían –o se creían pertenecer- a una dinastía elegida por los dioses.

Y resulta que, según aquella campaña publicitaria, enterrarnos en el “Cementerio Patrimonial” es una oportunidad única para estar junto a Remigio Crespo Toral, Luis Cordero Crespo, Paco Estrella… aunque a ellos seguramente les revolverá que quienes hemos sido mortales comunes y corrientes y de una orgullosa sangre roja, terminemos con nuestros huesos en la sagrada tierra que ellos moran.

Y la aristocrática campaña publicitaria además es excluyente: en la edición de fin de semana en los diarios locales de Cuenca, “la Atenas del Ecuador”, circuló una invitación “A los descendientes y familiares de personajes cuyos restos reposan en el Mausoleo de Personajes Ilustres del Cementerio Municipal Patrimonial, al acto de homenaje y presentación de la obra biográfica Personajes ilustres que reposan en el Mausoleo del Cementerio Municipal Patrimonial de Cuenca…”
La invitación se completa con una lista de 93 nombres cuyos apellidos –algunos- estaban en las estrofas del Himno a Cuenca, que ya nadie canta.

La aristocracia puede hacer lo que le plazca con su mundo de fantasía. Lo que la Empresa Municipal de Cementerios, Empresa Pública, no debe hacer es malgasta su dinero en campañas prejuiciosas y excluyentes. ¿O es que el cementerio ya no es de todos?

Un ejemplo de una errónea campaña marketinera.

¿No lo cree así?