jueves, junio 24, 2010

El deporte y el ¡salud!


No estimado lector, en el titular no hay ningún error de concordancia. No me refiero a la práctica del deporte y la salud. Me refiero a la estrecha relación que tiene, al menos en el Austro, el fomento del deporte y el acto de ofrecer, convidar, desear salud al otro cuando se brinda con una copa de licor en alto: ¡A tu salud…arriba, abajo, al centro y adentro..!

¡A tu salud! dice el padre a la quinceañera.

¡A tu salud! le dicen al bachiller en “época de grados”.

¡A vuestra salud! les convidan a los deportistas azuayos cuando logran el ansiado auspicio de una marca de licor para exhibirla en la camiseta que empapará, en base a entrega, con el sudor necesario antes de subirse al podio. El licor, que hoy es motivo de disputa entre quienes quieren hacerse ricos embruteciendo a los demás y los que aseguran que son una causa de delitos, por estos aires tiene una fuerte vinculación con el deporte.

De hecho, una de las primeras empresas que creyeron en el mejor deportista de todos los tiempos, Jefferson Pérez, fue Zhumir. Y por ello –pese al contrasentido que representa vincular deporte con consumo de licor- la marca de esta bebida fue el “sponsor” de Pérez y de muchos marchistas y otros atletas de pista que diariamente buscaban la gloria en el emblemático Parque de la Madre.

La vinculación es más fuerte aún con el fútbol. Más de un comentarista deportivo ha “bautizado” al estadio municipal Alejandro Serrano Aguilar, reducto del Expreso Austral, como “la cantina pública más grande del mundo”.

Viernes a viernes –porque la dirigencia deportiva local sabe que debe organizar los partidos la noche del San Viernes para asegurar una buena taquilla- cuando la hinchada más fiel de todos los clubes de fútbol llena los graderíos, el licor corre a raudales. Y hay para todos los gustos: puro, canelazos, “chumir”; biela, cerveza o como quieran llamarla.

Y fíjense qué curioso: el partido del domingo anterior –excepcional e impuesta por la agenda del Mundial de Sudáfrica- no fue diferente en lo que a consumo de aguardiente se refiere. Por sobre las restricciones la oferta fue “normal”; hubo goles (en contra, por supuesto), decepciones y chispos. Los únicos ausentes fueron los encargados de velar por el cumplimiento del acuerdo ministerial que busca reducir los índices de inseguridad.
El licor es el primer hincha en ingresar a los escenarios deportivos, y el contrasentido se instala semanalmente: ¡Salud por el deporte… salud por las medallas… por todo el esfuerzo de los deportistas, digamos salud!!!

Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, 2.3 millones de personas mueren cada año en todo el mundo por causas relacionadas con el consumo de alcohol. Señala al vicio como “el quinto factor de muerte prematura y de discapacidad en todo el mundo, y provoca el 4.4 por ciento de la carga mundial de morbilidad”, es decir por enfermedad.

Ojala el mal hábito del licor –sea puro, whisky, de moderación- se corrija y no cobre tantas víctimas como lo hace anualmente. Y se superen posiciones políticas o inhumanas, como la defender su consumo en nombre del bienestar económico.

¡Salud!