martes, febrero 15, 2011

El presidente en portada


Foto tomada de LA HORA

El desmentido del que fui objeto públicamente tuvo dimensiones olímpicas. Admito mi derrota.

El martes, durante el paso del presidente Rafael Correa por Cuenca, me arriesgué a lanzar en redes sociales una conclusión audaz: desde hace mucho que la visita de un presidente de la República a determinada ciudad dejó de ser noticia de primera página.

Y ocurre que este miércoles la noticia principal de absolutamente todos los noticiarios locales de prensa, radio (que son los mismos de prensa) y televisión, era en torno a la visita del presidente Rafael Correa a obras regionales en Azuay, especialmente de vialidad.

Días antes también había “tuiteado” (La Real Academia Española de la Lengua recomienda adaptarse grafofonéticamente a la raíz de un término extranjero, en este caso twitter) la apuesta del diario El Mercurio de Chile sobre la visita de los presidentes Correa y Piñera a la Antártida: un pequeño registro, a una columna por cinco centímetros de alto. Esa era la jerarquización que el mayor diario de Chile daba a los mandatarios de dos países. El resto de la agenda tenía una fuerte dosis de temas ciudadanos.

Antiguos maestros de periodismo nos han recordado los tiempos de cuando la visita de un primer mandatario era noticia relevante: el solo hecho de llegar a determinados extremos de la patria era una verdadera hazaña por el evidente estado de abandono en materia vial. Los medios de comunicación masiva también tenían una condición precaria, por lo tanto el poder, y todas sus incidencias, estaban realmente lejos: en Quito, que equivalía decir al otro extremo del planeta.

Hoy la situación es diferente. Y, por medio de un teléfono celular, se pueden acompañar las actividades del presidente y sus ministros en tiempo real. Por lo tanto, se espera que los medios tradicionales de prensa se ocupen de otras tareas menos oficiales y no que llueva sobre mojado, o se sobredimensionen actividades cotidianas.

La verdad es que Correa ha estado en portada de muchos medios en los últimos cuatro años. Y eso, al parecer, es un hecho inusual, que no ha ocurrido con los presidentes desde el retorno a la democracia.

¿Una visita a obras viales constituye un hecho de relevancia? Personalmente creo que no; además es una actividad delegable que podría estar en manos de sus ministros. Otra cosa diferente es inmiscuirse con entrelíneas de los temas que, generados desde Carondelet, inciden en la vida de la mayoría de ecuatorianos. Positiva o negativamente.

En el país existen, si la fuente no se equivoca, 1.400 estaciones de radio, 405 televisoras y 184 diarios impresos. Empresas contadas con los dedos de la mano tienen una cobertura nacional. El resto integra la fauna de los llamados “regionales”, que es en donde se estarían jerarquizando como importantes –dando sobreexposición mediática al poder– las “visitas de autoridades”.

Me parece urgente repensar el periodismo desde una óptica diferente, no la que persigue la sombra de los que consideramos “importantes” en una escala vertical, solo porque coyunturalmente están en un cargo “importante”.

La amenaza contra los medios no viene solo desde fuera, con anuncios de leyes y consejos de regulación. También el enemigo puede estar dentro, en la falta de iniciativa.

Artículo publicado en EL UNIVERSO